Estos son los tres encantadores pueblos de la Sierra de las Nieves
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La Sierra de las Nieves, en Málaga, se destaca como un preciado santuario natural con sus majestuosos bosques de pinsapos y la presencia tranquila de la cabra montés. No obstante, es imposible ignorar la encantadora belleza que desprenden sus idílicos pueblos blancos. En el corazón de este impresionante parque nacional se encuentran diversas localidades encantadoras que indudablemente merecen ser visitadas al menos una vez en la vida.
Desde la pintoresca Ronda, las vías que enlazan con estas aldeas brindan un impresionante espectáculo visual. A medida que te sumerges en las revueltas y serpenteantes senderos, te ves inmerso en un entorno inigualable de montañas y bosques.
Sierra de las Nieves: los pueblos más bonitos
La Sierra de las Nieves, situada en el extremo suroeste de la Cordillera Bética, destaca como la porción más elevada de la Serranía de Ronda, en la provincia de Málaga. Con su punto más alto en el Pico Torrecilla, alcanzando los 1919 metros sobre el nivel del mar, estas montañas son las más altas de la región occidental de Andalucía.
Gracias a su ubicación estratégica y su compleja geología, la Sierra de las Nieves alberga una biodiversidad vegetal excepcional, adaptada a las condiciones únicas de su entorno. Este lugar se convierte en un refugio vital para una amplia variedad de especies de la fauna silvestre, muchas de las cuales son propias de entornos de montaña.
El nombre de esta región deriva de la presencia histórica de nieve en sus picos más altos, la cual solía perdurar durante todo el año y era aprovechada para abastecer a los pueblos de la provincia durante los meses de verano, almacenada en los neveros para su distribución.
Alozaina
Alozaina es un remanso de paz y calidez, un pequeño pueblo blanco que rebosa hospitalidad y cuidado. Al llegar al pueblo, se accede a través de una rotonda que conduce a su calle principal, donde un arco conmemora su legado árabe. Aquí, lo ideal es dejar el coche y continuar a pie, explorando el encantador Torreón de María Sagredo y el Parque Mirador.
Desde este punto elevado, las vistas son increíbles. En días despejados, se puede divisar Alhaurín el Grande, Cártama e incluso la ciudad de Málaga. Si el tiempo lo permite, vale la pena explorar la necrópolis del antiguo poblado de El Albar o visitar la Ermita Hoyos de los Peñones para sumergirse aún más en la rica historia de este lugar.
Yunquera
Yunquera es un tesoro con elementos únicos que cautivan a los visitantes, como la encantadora Ermita Moral, la impresionante Torre de Yunquera y la histórica Iglesia Parroquial de la Encarnación.
Pero lo que realmente atrae a los viajeros hasta Yunquera son sus impresionantes rutas de senderismo, que ofrecen la oportunidad de explorar la fauna autóctona y los exuberantes bosques de pinsapos, tan emblemáticos de la Sierra de las Nieves.
El Burgo
El Burgo, un encantador pueblo enclavado entre la majestuosa Sierra de las Nieves y la impresionante Serranía de Ronda, regalándonos un entorno de una belleza sin igual.
Antes de adentrarte en el municipio, no puedes perderte la oportunidad de detenerte en el Mirador Natural del Guarda Forestal. Desde aquí, se disfrutan vistas espectaculares de El Burgo, donde el río Turón serpentea, destacando construcciones emblemáticas como el Puente de Málaga y la antigua Acequia Medieval.
El Burgo, al igual que muchos pueblos de esta región de la provincia de Málaga, se caracteriza por sus encaladas casas blancas y sus estrechas calles empedradas que serpentean hasta desembocar en acogedoras plazas. Lugares destacados incluyen el Castillo de El Burgo, la histórica Ermita de San Sebastián del siglo XV y la pintoresca Iglesia de la Encarnación.
Pozas y piscinas naturales
La Sierra de las Nieves es pródiga en agua, gracias a las nevadas invernales y las frecuentes lluvias. Sus ríos principales, como el Turón, el río Verde, el río Grande y el Guadalevín, junto con manantiales y acuíferos subterráneos, dan lugar a numerosos rincones ideales para darse un chapuzón y refrescarse.
Desde pozas naturales hasta pequeños diques construidos en el curso de los ríos, estas aguas frías y cristalinas son un verdadero deleite para aquellos que buscan escapar del calor sofocante del verano.
Algunas opciones para explorar incluyen el Charco Azul de Castillejos en el Río Guadalevín, el Charco del Pontón Alto en el Río Grande, o el Charco de la Caldera en el Río Jorox, cada uno ofreciendo su propio encanto natural y la oportunidad de disfrutar de la frescura del agua en un entorno idílico.
Ya sea en el Charco de Malillo en Parauta o el Charco de la Cal en Igualeja, estas pozas y cascadas proporcionan una escapada perfecta para aquellos que buscan un respiro en medio de la naturaleza. Asimismo, el nacimiento del Río Grande es un maravilloso espectáculo natural, donde las aguas emergen de las profundidades de la Sierra de las Nieves con una belleza indescriptible.
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